lunes, 23 de diciembre de 2013

Ya tenemos el belén en Urbión

Fiel a la tradición, numerosa gente acudió el fin de semana previo a la navidad a la cumbre del Pico de Urbión a colocar el belén navideño. Un día frío pero asequible para acometer la ascensión en cuanto a la temperatura, si bien la cima estaba cubierta con una bruma de niebla que impedía por momentos una visibilidad a media distancia. La nieve y las placas de hielo fueron lo más reseñable en cuanto a componentes con los que había que extremar las precauciones. Arriba representaciones de todo tipo, brindis y turrón acompañaron en una mañana invernal clásica de finales de diciembre.



jueves, 12 de diciembre de 2013

Marcha de puerto a puerto

Unos cuantos valientes desafiaron al manto niveo que había tapizado las cumbres de la Sierra Cebollera y fueron capaces de realizar la ruta desde el Puerto de Piqueras hasta la cima del Terrazas y bajar a Valdeavellano de Tera. La ingente cantidad de nieve hizo que tuvieran que utilizarse raquetas en prácticamente la totalidad del recorrido. La ruta hasta el puerto de Santa Inés tendrá que esperar un tiempo más estival que permita afrontar con seguridad el largo recorrido.

A continuación transcripción de la crónica y galeria de fotos del portal www.desdesoria.es, organizadora del evento.


En la jornada de este viernes 6 de diciembre, un grupo de 34 personas ha tomado parte en la excursión organizada por Banzaii Antártica ASM, con salida en el túnel de Piqueras y llegada en la localidad de Valdeavellano de Tera. La cita ha sido en el Rincón de Bécquer a las 7.45, y los primeros pasos, después de calzadas todas las raquetas, se han dado alrededor de las 9.00.
La serranía soriana disfrutaba esta mañana de ese privilegio que no comparte con otras: un radiante día de sol que permite la contemplación de los Pirineos, la Sierra de Madrid y las estribaciones meridionales del Sistema Ibérico, además de buena parte de la provincia de Soria.
La marcha ha transcurrido por una pista que sube haciendo zigzag hasta la base del Castillo de la Rolliza, pero sin abandonar el cordal una vez llegado a él. Así, se han ascendido los altos de Fragüela y Terrazas. El avance ha sido más rápido de lo esperable dada la gran cantidad de nieve, lo que ha permitido no bajar directamente a Valdeavellano sino seguir otro tramo del cordal cimero, hacia Cebollera.
Se ha empezado a bajar aproximadamente media hora después, hacia el sur, a través de uno de los caminos que surcan esta sierra soriana. Llegados a la pista principal, el grupo ha disfrutado la merecida comida antes de iniciar el largo camino de regreso, cada vez con menos nieve y ya sin raquetas.
Tras una breve parada en Molinos de Razón, un paseo triunfal de un cuarto de hora pasando por la ermita de este pueblo ha dejado a los excursionistas en el camping Entrerrobles de Valdeavellano de Tera, después de unas siete horas de caminata y aproximadamente 24 kilómetros.




lunes, 25 de noviembre de 2013

Santa Inés comienza la temporada de esquí

Este fin de semana ha comenzado la temporada de esquí en el Punto de Nieve del Puerto de Santa Inés. Las nevadas han llegado antes del puente de diciembre y ello adelantó ligeramente las previsiones, espesores de hasta 60 centímetros hicieron que los amantes del esquí acudieran al remonte a lanzarse e ir "quitándose" el mono de esquiar. 

Por otra parte toda la Sierra de Urbión y Cebollera han padecido de las inclemencias meteorológicas y la nieve ha tapizado sus cumbres, es por ello hay que extremar las precauciones en cualquier ruta que se haga ya sea con la utilización de raquetas, crampones y otros materiales propios de la montaña en invierno.


Aspecto del Punto de Nieve este fin de semana (Foto del portal nevasport del usuario Tukkan82 - Eduardo MC)

martes, 12 de noviembre de 2013

Travesía de puerto a puerto

El Club de Montaña Banzaii Antártica en colaboración con el portal desdesoria.es organiza para el día 6 de diciembre la Travesía "De puerto a puerto", consiste en salir del Puerto de Piqueras y hacer todo el cordal cimero de la Sierra Cebollera hasta el Punto de Nieve de Santa Inés. 100%  RECOMENDABLE


lunes, 28 de octubre de 2013

Las Tres Cimas

La Sierra de Urbión y Cebollera son una extensión de terreno que da para muchas posibilidades, se pueden afrontar diversas opciones cada día que uno se acerca por la zona, las posibilidades son infinitas. Uno puede subir al Urbión por diferentes vías, otro puede intentar enlazar el Puerto de Piqueras con el de Santa Inés y hacer la cuerda de la Sierra Cebollera,...las opciones son muy variadas. 
Pues bien hace unos años tres miembros del Club de Montaña Antártica en una charla de bar se les ocurrió si era posible realizar las tres cimas más importantes del sistema ibérico en la zona de Soria (Moncayo, Urbión y Cebollera) en menos de 24 horas. 
La cosa fue desarrollándose hasta que el reto quedó planteado para agosto del 2008. Consistía en subir el Moncayo por la vertiente aragonesa, bajar por la soriana hasta Cueva de Ágreda, allí coger la bicicleta e ir hasta Molinos de Razón. Allí subirían ya a pie hasta Cebollera y continuarían por el cordal cimero hasta Urbión. Un RETO con mayúsculas que se ha seguido celebrando cada año bajo la denominación de "Las Tres Cimas".
Esta singular historia viene como entrada a valorar las diferentes rutas y alternativas que se pueden hacer en la zona de Urbión y Cebollera. 


Reportaje del periódico Heraldo de Soria sobre el reto de "Las Tres Cimas" (guardar la imagen y ampliar con zoom para leer el reportaje)

viernes, 25 de octubre de 2013

El oso que se escapó por Urbión

El 16 de diciembre de 1901 el prolífico escritor Pío Baroja escribió una crónica en el diario "Los lunes de el imparcial " en el que relata la vida de un oso que se escapó por la zona de de la Sierra de Urbión. Todo según periódicos de la época fueron hechos reales y no inventados, incluso se premió la cacería del oso puesto que tuvo en jaque a la comarca de los pueblos de los alrededores. Al final se le dio muerte en la zona de Regumiel de la Sierra y se expuso en la plaza del pueblo.
La crónica de Pío Baroja reza así:

"Mientras bajábamos, uno de los guardias que nos acompañaba nos contó una historia, una historia triste, una historia lamentable acaecida en el Urbión; la de un oso.
Era un pobre oso que iba con unos titiriteros ganándose honradamente la vida, bailando al son de la pandereta. Un día, en un pueblo no lejano del Urbión, sintió pujos de independencia y se echó al monte.
El pobre animal, al encontrarse en libertad, entre la nieve, debió de creerse en el paraíso. Se arrancó el bozal, rompió las cadenas que le oprimían como cualquier ciudadano libre y se dedicó a robar las ovejas que se le antojaban más sabrosas.
Se acercaba a los rebaños, en dos pies, palmoteaba como oso civilizado y se llevaba la oveja que mejor le parecía. A veces que la alimentación de carne le hartaba, iba a coger el postre a las colmenas.
Se bañaba previamente en un arroyo, se revolcaba después en el barro para cubrirse de una costra que no pudieran atravesar los aguijones de las abejas, cargaba con una colmena y comía la miel en un sitio apacible y tranquilo.
A pesar de su inteligencia y de que no se metía con nadie, el pobre oso, perseguido y acorralado, fue muerto en Regumiel."

No obstante, según algunos libros de fauna hablan de la presencia del oso por esta zona en siglos pasados ya que el hábitat cumplía perfectamente con las expectativas demandadas. Hoy se encuentra extinguido y el último vestigio data de esta crónica.

Incluso hay algún estudio que nos hablan de la posibilidad futura de que el oso vuelva a entrar en la zona de la Sierra de Urbión.


viernes, 18 de octubre de 2013

El CD Numancia se hace la foto oficial en la Laguna Negra

El Club Deportivo Numancia se hizo la foto oficial de la temporada 2013 - 2014 en la Laguna Negra. Aquí tenéis la instantánea que muestra la majestuosidad del lugar para imortalizar una imagen de un equipo de fútbol profesional.


lunes, 14 de octubre de 2013

Marcha de Montenegro de Cameros

Este domingo 20 de octubre tendrá lugar la 2ª Marcha de Montenegro de Cameros por el Arrútigo. Se trata de una marcha de unos 24 kilómetros que tiene salida y llegada en el Puerto de Santa Inés.Se saldrá sobre las 9 de la mañana, aunque las acreditaciones hay que cogerlas desde las 8:00 horas. La inscripción es de 12 euros con antelación y de 15 euros el mismo día de la prueba. Incluye camiseta, tres avituallamientos y comida. Para más información: avamontenegro@gmail.com





domingo, 13 de octubre de 2013

El albergue de Piqueras

En 1965 se inauguró un albergue en la cumbre del Puerto de Piqueras, a más de 1700 metros de altura. Los periódicos de aquellos años y la gente puso muchas expectativas en esta moderna y acondicionada instalación para la época. Comenzaba a funcionar la pista de esquí del Cabezo de Piqueras, la más cercana para la gente de La Rioja, Soria, Burgos, Álava y Guipuzcoa. Entonces no existía Valdezcaray, el albergue por tanto era un complemento adecuado para tener algo más de infraestructura. Funcionó durante los años sesenta y setenta. Cuando se cerró, el incivismo de la gente que pasaba por la carretera de paso hizo que quedara completamente destrozado en su interior. 
Hoy en día todavía se puede ver su estructura, a los que se aventuren a evitar el túnel de Piqueras y pasar el puerto como se hacía hasta hace bien poco. 



Estado del albergue cuando estaba a pleno rendimiento.



En la vertiente soriana, justo después de coronar el puerto se ve a un lado una construcción actualmente en ruinas.



lunes, 30 de septiembre de 2013

La berrea

Es tiempo de berrea en toda la sierra, Cebollera y Urbión son dos privilegiados enclaves en los cuales se puede apreciar este fenómeno de la naturaleza. En los inicios del otoño los cérvidos se dejan ver más que nunca, sus bramidos y peleas por erigirse en el macho que podrá cubrir a la hembra, hacen que mucha gente se acerque a la Reserva Regional de Caza Urbión. Este hecho se conoce como la berrea, nombre adoptado por los berridos que se oyen en pleno monte. Hasta incluso hay ciervos que pierden la cornamenta en sus enconadas luchas con otros machos. 

En el siguiente video, veréis un reportaja de la berrea en plena Sierra Cebollera, merced a Tokitan TV.



lunes, 23 de septiembre de 2013

El Parque de Esculturas" Tierras Altas de Lomas de Oro"

En abril de 1999 vio la luz una gran idea del santero de la Ermita de Lomos de Orios, Roberto Pajares "pájaro", se inauguró el Parque de Esculturas" Tierras Altas de Lomas de Oro" (TALDEO). Él fue el gran precursor de ubicar este conjunto de esculturas de estilo Land - Art en el corazón del Parque Natural de Cebollera. Una de las grandes aficiones de Roberto Pajares es la escultura, y con la ayuda de los habitantes de Villoslada de Cameros  y el Centro Europeo de Información y Promoción Rural (CEIP) pudieron sacar adelante este excelente proyecto. Ocho artistas de diferente nacionalidad plasmaron a lo largo de la vertiente riojana de Cebollera diferentes esculturas integradas a la perfección en el ecosistema. El estilo Land - Art o Arte de la Tierra tiene como característica que las esculturas se realizan con elementos de la propia tierra y naturaleza, además se mimetizan con el entorno de tal forma que perecerán y desaparecerán con el paso del tiempo por medio de la degradación natural.

Hay un sendero, el 2 de la Virgen y el 3 de El Achicuelo que las recorre todas las esculturas, eso sí hay que fijarse bien para localizarlas, invitamos a la gente a que se acerque y pueda disfrutar de esta gran exposición de esculturas en pleno Cebollera.



Imagen de una de las esculturas más conocidas (Foto: Ayuntamiento de Villoslada de Cameros)

martes, 27 de agosto de 2013

Juliana Vermeire, la monja eremita a los pies de Cebollera

A los pies de la Sierra Cebollera, en el municipio de Sotillo del Rincón vive de forma estoica una monja cisterciense belga de 84 años llamada Juliana Vermeire. Apartada del mundanal ruido eligió un prado junto a Cebollera para, ayudada por algunos vecinos, instalarse en una pequeñísima casa de madera. Allí lleva una vida ejemplar, solitaria y ascética, alejada de toda excentricidad y modernidad. Ayuda al prójimo en todo lo que puede y vive alejada de los focos mediáticos que buscan este tipo de "exclusivas". Desde 1995 que vivió en el campanario de la localidad de El Royo, pasó posteriormente a instalarse en el prado de Sotillo.
Se levanta cada día a las 2 de la mañana y se acuesta a las 8 de la tarde, vive sin calefacción y duerme en un saco de dormir. No tiene agua corriente y vive de los alimentos que le da una huerta cercana, y de una paga del gobierno belga de 200 euros al mes. De esta paga admite que la gasta en leche, frutos secos y productos de higiene personal...el resto lo dona a la iglesia para un proyecto solidario en Camerún, es decir, vive con 700 euros anuales. Su medio de transporte para ir al pueblo vecino de Valdeavellano de Tera es una bicicleta, a la que en ocasiones de noche le añade una bbombilla que ilumina de forma tenue.
El afán de la posesión no pasea por estos lares, más bien todo lo contrario. Es digno de admirar y de elogio llevar semejante vida, y más en pleno siglo XXI. La Sierra Cebollera es testigo directo de una lectora de Kierkegaard, admiradora de Bach y que habla numerosos idiomas.

 "Soy humana, pero creo que la mayoría de los hombres viven de forma irracional y no son responsables ni con el medio que les rodea ni con su propia condición de personas".

Juliana Vermeire



Juliana tendiendo la ropa (Foto: El Mundo.es)


lunes, 22 de julio de 2013

La crisis en Cebollera y Urbión

La naturaleza dicta sentencia y no entiende del paso del tiempo en muchas ocasiones. Mientras la gente se afana en dirimir esta crisis de gran envergadura el tiempo continúa su marcha, el ecosistema no se para y exceptuando alguna introversión del ser humano en su funcionamiento, ella continúa su curso. Decía un hombre rural de la comarca que el viaje de lo malo a lo bueno es muy bonito, pero de lo bueno a lo malo es horroroso. La naturaleza nos demuestra año tras año lo sabia que es, lo grandiosa y ante todo lo impredicible y predicible que es. Cada año nos hace saber que existen cuatro estaciones, si bien podemos discutir cuál es más larga o más corta en este edén de la Sierra Cebollera, probablemente ganaría el General Invierno. Las estaciones nos enseñan que la vida se rige por ciclos, después del invierno aflora la primavera, vuelve a florecer la exuberancia para culminar su apogeo en la temporada estival. El otoño nos viene a indicar que "guardemos" algo, que vienen tiempos difíciles con el largo y duro invierno. El pastor trashumante de Almarza, de Arguijo, de Villoslada ...bien sabía con certeza esta lección que cada año el medio le enseñaba.
Han pasado apenas unos treinta años de "¿evolución?" y la vida nos vuelve a mostrar que estamos en pleno invierno económico, en pleno invierno de valores, en pleno invierno de TODO,...tiempos que lógicamente pasarán, pero que a más de uno se llevarán por delante o se han llevado ya. Mientras tanto la Laguna de Cebollera y los Hoyos del Iregua no saben bien de qué va la cosa...ellos se han acostumbrado a ver año tras año una situación cíclica que la naturaleza les hace ver de un modo impertérrito. La corrupción no existe en Urbión, la prima de riesgo sólo se ve desde lo alto de La Gamella o de La Mesa, y eso si la podemos vislumbrar desde arriba. Los banqueros no tienen cabida en esta zona, en todo caso algún bancal de gente que intentaron aprovechar y que en la inmensa mayoría dejaron abandonados a su suerte.
Los "hombre de negro" bien podían delegar esta función a los sufridos pinos negros que se encuentran bien alerta de la situación, ellos saben mejor que nadie lo que es un invierno duro y como sobrevivir a cualquier situación.
Las Tablas de la Ley dicen que no son partidistas y que pondrán a cada uno en su sitio para reverdecer tanto tiempo oscuro.
Mientras tanto estamos a julio, y las Sierras de Urbión y Cebollera viven su particular época de esplendor, en contraste con la época de "crisis global" a la cual están totalmente ajenos ya que tienen la lección bien aprendida, cosa que el ser humano demuestra año tras año que no.



miércoles, 17 de julio de 2013

Los abuelos del bosque

En las cercanías de Urbión, justamente al lado del monte Congosto, muy apreciado por los habitantes de Covaleda, se encuentra una preciosa senda circular de unos 2 kilómetros de longitud denominada la senda de "los abuelos del bosque". Es un recorrido sencillo que se mueve en un entorno bucólico a unos 1800 metros de altitud de media. El aspecto más significativo es que durante el trayecto se pueden apreciar una serie de pinos centenarios dignos de todo elogio, razón por la cual se le denomina la senda de "los abuelos del bosque". Estos pinos silvestres, alguno rozando los cinco siglos de vida, se han adaptado magistralmente al entorno y a los rigores del largo invierno. Sus formas caprichosas denotan episodios intempestivos pasados que han habido de soportar estos ejemplares de pino, formas que en ocasiones dan lugar a interpretaciones peculiares. Al finalizar el recorrido se halla imponente el Pino Rey, un ejemplar con aproximadamente 450 años de vida, 1,75 metros de diámetro y 20 toneladas de peso, en definitiva un espectáculo de la madre naturaleza.
La resistencia de estos pinos es admirable y ello les hace ostentar el título honorífico (y muy acertado) de "los abuelos del bosque".




Fotos de diversos ejemplares de "los abuelos del bosque" 
(Imágenes de www.desdesoria.es)




Ubicación de la senda de los abuelos del bosque

miércoles, 15 de mayo de 2013

El altar del Pico Urbión

Justo en la antecima del Pico Urbión se puede apreciar un altar característico que tiene cierta historia. En agosto de 1928 se convocó por primera vez una misa en el Urbión, desde entonces en más de una ocasión se ha ido repitiendo esta curiosidad. Los periódicos de la época así lo reflejan, como curiosidad ver que en aquella época se pensaba que la  altura era de 2.246 metros, un poco más del dato oficial.


Altar en la antecima del Pico de Urbión
 





Diario El Noticiero Soriano de los días 3, 6 y10 de septiembre de 1928 nos cuenta la crónica de aquel hecho tan singular.

“LA MISA EN URBIÓN EL 22 DE AGOSTO DE 1928
            Hay algo profundamente natural en el sentimiento de admiración, que sienten los hombres por las cumbres. De otra suerte no podría explicarse el fenómeno, repetido en todas las latitudes y por todos los períodos de la Historia, de entusiasmo y veneración casi religiosa por las alturas.
            Eco, sin duda, de la predilección que el mismo Dios siente por ellas para comunicarse con los hombres: Siná, Tabor, Carmelo, Garizin, son nombres que evocan a la vez que montañas hermosas, favores de Dios a los hombres. Lo elevado atrás tanto como repele la sima y el pozo; la luz es fenómeno que determina movimientos de atracción, no solo en los seres vivos rudimentarios, si que también en los humanos. Y la Iglesia Católica, que jamás destruyó lo por Dios creado, antes bien supo apoyarse en la naturaleza para elevarla hasta su Hacecia, antes bien bendecida. Sus Santos Eremitas (contra la creencia más extendida acerca de sus aficiones) fueron celosos propagadores de la excelencia de la montaña y no hizo falta llegar al entusiasmo deportivo del siglo XX para que peregrinos y romeros se uniesen al espíritu Franciscano en Occidente en competencia creciente por la santificación de la montaña. Háse dicho por el Protestantismo en celo santo por la exaltación del hombre reparó el olvido del ascetismo católico martirizador de las espontáneas tendencias de los descendientes de Adán. Burda patraña como tantas otras; no sabemos de organización protestante que santifique con fiestas especiales sus bosques o montañas; en cambio sabemos de sacerdotes, no “progresistas” sino verdaderamente tradicionales, que saben conservar ese espíritu cristiano e infiltrar en el pueblo el convencimiento de que la naturaleza por Dios creada es originariamente buena y debe servirle mejor para elevarse hasta su creador.
            Dígalo, si no, la hermosa fiesta que aquí, en lo más apartado del bullicio corriente, en la provincia de Soria, la menos ponderada como lugar apto para residencias y fiestas veraniegas, la eterna olvidada si no es para sacar a su costa plaza de chistoso o extravagante, tuvo lugar el 22 de este corriente mes de Agosto de 1928.
Son las cuatro y media de la madrugada y en los contornos de Vega Cintora, por la carretera que une los pueblecillos de El Royo y Derroñadas, se advierte ruido inusitado de motor; la camioneta de El Royo va recogiendo a los escasos excursionistas que se han decidido a asistir a la anunciada ceremonia de una Misa en Urbión. Son siete los animosos que llamamos “escasos” comprados con los que hubieran acudido de haber dado mayor publicidad a la ceremonia; más la propaganda fue discretísima en gracia a la mayor intimidad de la misma y a su sentido de ensayo en que se tanteasen futuras romerías. El resultado no ha podido ser superado; son muchos los que han manifestado su pena por no haber contribuido también al esplendor de la fiesta del 22.
            En el trayecto hasta Vinuesa recogió el vehículo dos viajeros más que salían de Vilviestre y llegó a la antigua Visontium hacia las cuatro y media. “Los gallos requebraban los albores con su canto”, que hubiera dicho nuestro cantor de la Edad Media. En una plazuela del histórico pueblo se encontraban dispuestas las cabalgaduras de unas 20 personas a las que agregaron la mitad de los excursionistas royanos; los demás siguieron hasta Covaleda, admirando el hermoso paisaje que se desarrolla en el camino, con el Duero continuamente a la izquierda sembrando de encanto sus orillas, y los pinares incomprarables por doquier.
            Eran las seis y cuarto cuando al mediana caravana llegaba a Covaleda al par que los primeros rayos del sol. No había tiempo que perder, pues el grueso de los excursionistas de Covaleda hacía tiempo que salieran ya para la cumbre.
-          ¿Son muchos? – preguntó un curioso.
-          Cuantos han podido en el pueblo. Unos trescientos.
-          ¿Será cierto? – murmura alguien para sus adentros – ¿En pueblos donde dice que es tradicional la indiferencia religiosa….?
 Pronto se saldría de dudas. Los miembros entumecidos piden imperiosamente su ejercicio; abandona la camioneta, comienza la ascensión a pie. “Vulgar procedimiento”… ¡que diría algún caballerete desdeñoso de los usos de nuestros abuelos.
            Y, sin embargo, nada más saludable ni más recomendado por los buenos higienistas que el deporte de marcha en ascensionismo matutino, ni tampoco más idóneo para el verdadero conocimiento y sentimiento de la naturaleza tan delicados y exquisitos a pesar de la preterición en que hoy se les tiene. Palmo a palmo conocían nuestros antepasados los caminos y terrenos en que se desarrollaba su vida aquí abajo; por eso la apreciaba más que en estos días que corremos y no florecía el abrojo del falso internacionalismo.
                         No todos los ascensionistas declaraban estos pensamientos, más no por ello era distinto el resultado, pues la naturaleza será siempre madre y sabe enseñar como tal; sin discursos y por modo simpatía.
            Entre pinos altísimos orgullo de la región, que con su tupido ramaje defendían cariñosos de los rayos de sol, realizase la ascensión al “Muchachón” creta imponente desde donde comienza la vista a abarcar panoramas sin fin había durado la subida dos horas y media. El espectáculo que siempre se ofrece curioso, al llegar a aquella altura se hallaba realzado en esta ocasión por un detalle que vivían aquellos parajes por vez primera desde que el Creador les señalase su emplazamiento. En toda la cresta, hasta el Pico se veía una hilera interminable de viajeros, de Covaleda, que acreditaban de veraces a los noticieros del pueblo; quienes a pie, quienes en cabalgadura. Y en lo más elevado de la región, en la cima misma de Urbión, un trozo de rojo y gualda señalaba el hito flameante a todos los que acudían de los cuatro puntos cardinales.
                        Se encuentra gente conocida de distintos puntos; al divisar nuevas cumbres vese en ellas repetido el mismo alentador espectáculo, siluetas de viajeros madrugadores que se acercan al “Pico de las buenas Aguas” gente de pueblo mezclada con veraneantes de remotas regiones perfilando su figura en el azul infinito.
                        Son las diez y media cuando, por fin, llegamos a la cima. En los alrededores menos abruptos que la rodeaban se advierte el éxito de la jornada.
                        A los trescientos de Covaleda que se juzgaban la parte más numerosa de expedicionarios, hay que agregar los grupos más nutridos de las Viniegras, de Arriba y de Abajo, dirigidos por sus párrocos y banderas respectivas, de Montenegro de Cameros, de Duruelo, de Santa Inés y Quintanare.jo
            Y aún faltan muchos que van aproximándose poco a poco, de Vinuesa y otros puntos. Una corneta, desde lo alto del Pico y guias, apostados en los puntos estratégicos, van indicando a los errantes el lugar de cita y las veredas por do se llega al Pico.
                        Se aguarda un largo rato para dar tiempo a la muchedumbre que llega; puede hacerse sin temor ninguno, ya que el tiempo no puede ser más espléndido ni más diáfana la atmósfera.
                        Son las doce menos cuarto; ármase el altar sobre una roca, el sacerdote se reviste y vuelto al pueblo pregunta si hay alguien que desee comulgar. ¿habrá quien haya resistido tantas horas de vieja en ayuno natural…? ¿Adelantándose doce personas (once varones y una señorita) que ocupan su puesto en derredor del altar, ofreciendo espléndida guardia de honor y alto ejemplo a cuantos los contemplan.
                        Tras ellos se sitúa la pareja de la Benemérita (Cabo y un Guardia, de Covaleda). Vuelvese el sacerdote y en palabras llanas que nada tienen de discurso explica como hace ya veinticinco años soñara en este día y en el próximo (Dios lo quiera así) en que habrá de levantarse en el Pico de Urbión un monumento a CRISTO REY, el que plasmó su más sublime doctrina en el Sermón de una montaña.
                        Y comienza el Santo Sacrificio en medio del silencio mas absoluto de la multitud y sin embargo, no enmudecían los corazones de los circunstantes. En lo más recóndito de su ser se agitaban ideas y sentimientos que, al no tener expresión en los labios, se mostraban y asomaban a los ojos, que no fueron pocos los que derramaron llanto copioso, la  más sublime oración en pluma de escritores ascéticos. Y ¿Quién no se había de conmover al ver aquella abigarrada muchedumbre de gente de lugares tan dispersos y no obstante, fundidos en un único sentimiento; el religioso..; al oír cánticos entonados por estentóreas voces (“Cristo vence” en el Introito; los “tres amores” en el ofertorio; el himno del Congreso Eucarístico en la Consagración; “Dueño de mi vida” en la Comunión); al contemplar a Jesús Hostia por vez primera levantado sobre aquellas cumbres para bendecirlas con su potente diestra …, al admirar en tan sencillo altar la más sublime de las oblaciones.
                        Urbión, fue siempre bueno (ur, agua; bi dos; on, bueno). Es cierto como lo atestigua su nombre y sus hechos; pero desde aquel momento es santo. Por eso Dios descorrió el velo de los celajes habituales para que los Pirineos, Moncayo, Guadarrama y mil montes más pudieran contemplar el espectáculo y con santa envidia le rindieran la pleitesía de su admiración. comulgó el sacerdote y con él los “doce caballeros de Cristo”. Uniéronse todos los circunstantes en el canto de la oración española por antonomasia; la Salve, y diéronse todos la cita para el año próximo.
                         ¿Sabe alguien quién fue el primer danzante que manifestó su alegría ante el templo del Señor con su arte coreográfico? Tampoco se yo quien comenzó en el Urbión a bailar tras la comida. Lo único bien observado fue que se hizo al pulsar de una guitarra, con toda circunspección y honestidad, y que mezclándose a los cantos humanos comenzaron a gorjear algunas avecillas.
                        ¿Se mostrarán orgullosos muchos creyendo haber hecho algún favor al Señor con haberse impuesto el sacrificio de caminar hasta la cumbre del Urbión? Pues sepan, para su gobierno, que yo advertí en la cumbre dos cojos con muletas, tanto mas de admirar cuanto que seguramente no iban allá en busca de un milagro.
                        ¿Desde dónde vendrían los más alejados entre los circunstantes? ¿Quién lo sabe? Únicamente pude averiguar que había tres sevillanos, varios madrileños, un religioso Capuchino de Córdoba, personas de distintos países, los cuales contarán en su tierra de los Picos de Urbión, de esta solemne ceremonia…, que traerán en años sucesivos a otras muchedumbres… y que pronto será un hecho que en aquellas sublimidades se adornará a CRISTO REDENTOR que desde el árbol sagrado de la Cruz bendecirá aquellas regiones, bendecirá a España y traerá días felices de paz y de regeneración social sobre esta nación en la que El ha prometido reinar y con más veneración que en todo el resto del mundo.




viernes, 3 de mayo de 2013

La leyenda de los Alvargonzález

Muchas son las leyendas que posee la Laguna Negra de Urbión, sin duda la más conocida es la de los Alvargonzález de Antonio Machado. 

Dice así:

Publicado en la revista Mundial, de París, número 9, enero de 1912
Una mañana de los primeros días de octubre decidí visitar la fuente del Duero y tomé en Soria el coche de Burgos que había de llevarme hasta Cidones. Me acomodé en la delantera del mayoral y entre dos viajeros: un indiano que tornaba de Méjico a su aldea natal, escondida en tierra de pinares, y un viajero campesino que venía de Barcelona donde embarcara a dos de sus hijos para el Plata. No cruzaréis la alta estepa de Castilla sin encontrar gentes que os hablen de Ultramar. Tomamos la ancha carretera de Burgos, dejando a nuestra izquierda el camino de Osma, bordeado de chopos que el otoño comenzaba a dorar. Soria quedaba a nuestra espalda entre grises colinas y cerros pelados. Soria mística y guerrera, guardaba antaño la puerta de Castilla, como una barbacana hacia los reinos moros que cruzó el Cid en su destierro. El Duero, en torno a Soria, forma una curva de ballesta. Nosotros llevábamos la dirección del venablo. El indiano me hablaba de Veracruz, mas yo escuchaba al campesino que discutía con el mayoral sobre un crimen reciente. En los pinares de Duruelo, una joven vaquera había aparecido cosida a puñaladas y violada después de muerta. El campesino acusaba a un rico ganadero de Valdeavellano, preso por indicios en la cárcel de Soria, como autor indudable de tan bárbara fechoría, y desconfiaba de la justicia porque la víctima era pobre. En las pequeñas ciudades, las gentes se apasionan del juego y de la política, como en las grandes, del arte y de la pornografía -ocios de mercaderes-, pero en los campos sólo interesan las labores que reclaman la tierra y los crímenes de los hombres.
-¿Va usted muy lejos? -pregunté al campesino.
-A Covaleda, señor -me respondió-. ¿Y usted?
-El mismo camino llevo, porque pienso subir a Urbión y tomaré el valle del Duero. A la vuelta bajaré a Vinuesa por el puerto de Santa Inés.
-Mal tiempo para subir a Urbión. Dios le libre de una tormenta en aquella sierra. Llegados a Cidones, nos apeamos el campesino y yo, despidiéndonos del indiano, que continuaba su viaje en la diligencia hasta San Leonardo, y emprendimos en sendas caballerías el camino de Vinuesa.
Siempre que trato con hombres del campo, pienso en lo mucho que ellos saben y nosotros ignoramos, y en lo poco que a ellos importa conocer cuanto nosotros sabemos.
El campesino cabalgaba delante de mí, silencioso. El hombre de aquellas tierras, serio y taciturno, habla cuando se le interroga, y es sobrio en la respuesta. Cuando la pregunta es tal que pudiera excusarse, apenas se digna contestar. Sólo se extiende en advertencias inútiles sobre las cosas que conoce bien, o cuando narra historias de la tierra.
Volví los ojos al pueblecillo que dejábamos a nuestra espalda. La iglesia, con su alto campanario coronado por un hermoso nido de cigüeñas, descuella sobre una cuantas casuchas de tierra. Hacia el camino real destacase la casa de un indiano, contrastando con el sórdido caserío. Es un hotelito moderno y mundano, rodeado de jardín y verja. Frente al pueblo se extiende una calva serrezuela de rocas grises, surcadas de grietas rojizas.
Después de cabalgar dos horas, llegamos a la Muedra, una aldea a medio camino entre Cidones y Vinuesa, y a pocos pasos cruzamos un puente de madera sobre el Duero.
-Por aquel sendero -me dijo el campesino, señalando a su diestra- se va a las tierras de Alvargonzález; campos malditos hoy; los mejores, antaño, de esta comarca. -¿Alvargonzález es el nombre de su dueño? -le pregunté.
-Alvargonzález -me respondió- fue un rico labrador; mas nadie lleva ese nombre por estos contornos. La aldea donde vivió se llama como él se llamaba: Alvargonzález, y tierras de Alvargonzález a los páramos que la rodean. Tomando esa vereda llegaríamos allá antes que a Vinuesa por este camino. Los lobos, en invierno, cuando el hambre les echa de los bosques, cruzan esa aldea y se les oye aullar al pasar por las majadas que fueron de Alvargonzález, hoy vacías y arruinadas.
Siendo niño, oí contar a un pastor la historia de Alvargonzález, y sé que anda escrita en papeles y que los ciegos la cantan por tierras de Berlanga.
Roguéle que me narrase aquella historia, y el campesino comenzó así su relato: Siendo Alvargonzález mozo, heredó de sus padres rica hacienda. Tenía casa con huerta y colmenar, dos prados de fina hierba, campos de trigo y de centeno, un trozo de encinar no lejos de la aldea, algunas yuntas para el arado, cien ovejas, un mastín y muchos lebreles de caza.
Prendóse de una linda moza en tierras del Burgo, no lejos de Berlanga, y al año de conocerla la tomó por mujer. Era Polonia, de tres hermanas, la mayor y la más hermosa, hija de labradores que llaman los Peribáñez, ricos en otros tiempos, entonces dueños de menguada fortuna.
Famosas fueron las bodas que se hicieron en el pueblo de la novia y las tornabodas que celebró en su aldea Alvargonzález. Hubo vihuelas, rabeles, flautas y tamboriles, danza aragonesa y fuego al uso valenciano. De la comarca que riega el Duero, desde Urbión donde nace, hasta que se aleja por tierras de Burgos, se habla de las bodas de Alvargonzález, y se recuerdan las fiestas de aquellos días, porque el pueblo no olvida nunca lo que brilla y truena.
Vivió feliz Alvargonzález con el amor de su esposa y el medro de sus tierras y ganados. Tres hijos tuvo, y, ya crecidos, puso el mayor a cuidar huerta y abejar, otro al ganado, y mandó al menor a estudiar en Osma, porque lo destinaba a la Iglesia.
Mucha sangre de Caín tiene la gente labradora. La envidia armó pelea en el hogar de Alvargonzález. Casáronse los mayores, y el buen padre tuvo nueras que antes de darle nietos, le trajeron cizaña. Malas hembras y tan codiciosas para sus casas, que sólo pensaban en la herencia que les cabría a la muerte de Alvargonzález, y por ansia de lo que esperaban no gozaban lo que tenían.
El menor, a quien los padres pusieron en el seminario, prefería las lindas mozas a rezos y latines, y colgó un día la sotana, dispuesto a no vestirse más por la cabeza. Declaró que estaba dispuesto a embarcarse para las Américas. Soñaba con correr tierras y pasar los mares, y ver el mundo entero.
Mucho lloró la madre. Alvargonzález vendió el encinar, y dio a su hijo cuanto había de heredar.
-Toma lo tuyo, hijo mío, y que Dios te acompañe. Sigue tu idea y sabe que mientras tu padre viva, pan y techo tienes en esta casa; pero a mi muerte, todo será de tus hermanos.
Ya tenía Alvargonzález la frente arrugada, y por la barba le plateaba el bozo de la cara azul de la cara. Eran sus hombros todavía robustos y erguida la cabeza, que sólo blanqueaba en las sienes.
Una mañana de otoño salió solo de su casa; no iba como otras veces, entre sus finos galgos, terciada a la espalda la escopeta. No llevaba arreo de cazador ni pensaba en cazar. Largo camino anduvo bajo los álamos amarillos de la ribera, cruzó el encinar y, junto a una fuente que un olmo gigantesco sombreaba, detúvose fatigado. Enjugó el sudor de su frente, bebió algunos sorbos de agua y acostóse en la tierra.
Y a solas hablaba con Dios Alvargonzález diciendo: «Dios, mi señor, que colmaste las tierras que labran mis manos, a quien debo pan en mi mesa, mujer en mi lecho y por quien crecieron robustos los hijos que engendré, por quien mis majadas rebosan de blancas merinas y se cargan de fruto los árboles de mi huerto y tienen miel las colmenas de mi abejar; sabe, Dios mío, que sé cuanto me has dado, antes que me lo quites.»
Se fue quedando dormido mientras así rezaba; porque la sombra de las ramas y el agua que brotaba la piedra, parecían decirle: Duerme y descansa. Y durmió Alvargonzález, pero su ánimo no había de reposar porque los sueños aborrascan el dormir del hombre.
Y Alvargonzález soñó que una voz le hablaba, y veía como Jacob una escala de luz que iba del cielo a la tierra. Sería tal vez la franja del sol que filtraban las ramas del olmo.
Difícil es interpretar los sueños que desatan el haz de nuestros propósitos para mezclarlos con recuerdos y temores. Muchos creen adivinar lo que ha de venir estudiando los sueños. Casi siempre yerran, pero alguna vez aciertan. En los sueños malos, que apesadumbran el corazón del durmiente, no es difícil acertar. Son estos sueños memorias de lo pasado, que teje y confunde la mano torpe y temblorosa de un personaje invisible: el miedo.
Soñaba Alvargonzález en su niñez. La alegre fogata del hogar, bajo la ancha y negra campana de la cocina y en torno al fuego, sus padres y sus hermanos. Las nudosas manos del viejo acariciaban la rubia candela. La madre pasaba las cuentas de un negro rosario. En la pared ahumada, colgaba el hacha reluciente, con que el viejo hacía leña de las ramas de roble.
Seguía soñando Alvargonzález, y era en sus mejores días de mozo. Una tarde de verano y un prado verde tras de los muros de una huerta. A la sombra, y sobre la hierba, cuando el sol caía, tiñendo de luz anaranjada las copas de los castaños, Alvargonzález levantaba el odre de cuero y el vino rojo caía en su boca, refrescándole la seca garganta. En torno suyo estaba la familia de Peribáñez: los padres y las tres lindas hermanas. De las ramas de la huerta y de la hierba del prado se elevaba una armonía de oro y cristal, como si las estrellas cantasen en la tierra antes de aparecer dispersas en el cielo silencioso. Caía la tarde y sobre el pinar oscuro aparecía, dorada y jadeante, la luna llena, hermosa luna del amor, sobre el campo tranquilo.
Como si las hadas que hilan y tejen los sueños hubiesen puesto en sus ruecas un mechón de negra lana, ensombrecióse el soñar de Alvargonzález, y una puerta dorada abrióse lastimando el corazón del durmiente.
Y apareció un hueco sombrío y al fondo, por tenue claridad iluminada, el hogar desierto y sin leña. En la pared colgaba de una escarpia el hacha bruñida y reluciente. . El sueño abrióse al claro día. Tres niños juegan a la puerta de la casa. La mujer vigila, cose, y a ratos sonríe. Entre los mayores brinca un cuervo negro y lustroso de ojo acerado. -Hijos, ¿qué hacéis? -les pregunta.
Los niños se miran y callan.
-Subid al monte, hijos míos, y antes que caiga la noche, traedme un brazado de leña.
Los tres niños se alejan. El menor, que ha quedado atrás, vuelve la cara y su madre lo llama. El niño vuelve hacia la casa y los hermanos siguen su camino hacia el encinar.
Y es otra vez el hogar, el hogar apagado y desierto, y en el muro colgaba el hacha reluciente.
Los mayores de Alvargonzález vuelven del monte con la tarde, cargados de estepas. La madre enciende el candil y el mayor arroja astillas y jaras sobre el tronco de roble, y quiere hacer el fuego en el hogar, cruje la leña y los tueros, apenas encendidos, se apagan. No brota la llama en el lar de Alvargonzález. A la luz del candil brilla el hacha en el muro, y esta vez parece que gotea sangre.
-Padre, la hoguera no prende; está la leña mojada. Acude el segundo y también se afana por hacer lumbre. Pero el fuego no quiere brotar. El más pequeño echa sobre el hogar un puñado de estepas, y una roja llama alumbra la cocina. La madre sonríe, y Alvargonzález coge en brazos al niño y lo sienta en sus rodillas, a la diestra del fuego.
-Aunque último has nacido, tú eres el primero en mi corazón y el mejor de mi casta; porque tus manos hacen el fuego.
Los hermanos, pálidos como la muerte, se alejan por los rincones del sueño. En la diestra del mayor brilla el hacha de hierro.
Junto a la fuente dormía Alvargonzález, cuando el primer lucero brillaba en el azul, y una enorme luna teñida de púrpura se asomaba al campo ensombrecido. El agua que brotaba de la piedra parecía relatar una historia vieja y triste: la historia del crimen en el campo.
Los hijos de Alvargonzález caminaban silenciosos, y vieron al padre dormido junto a la fuente. Las sombras que alargaban la tarde llegaron al durmiente antes que los asesinos. La frente de Alvargonzález tenía un tachón sombrío entre las cejas, como la huella de una segur sobre el tronco de un roble. Soñaba Alvargonzález que sus hijos venían a matarle, y al abrir los ojos vio que era cierto lo que soñaba.
Mala muerte dieron al labrador, los malos hijos, a la vera de la fuente. Un hachazo en el cuello y cuatro puñaladas en el pecho pusieron fin al sueño de Alvagonzález. El hacha que tenían de sus abuelos y que tanta leña cortó para el hogar, tajó el robusto cuello que los años no habían doblado todavía, y el cuchillo con que el buen padre cortaba el pan moreno que repartía a los suyos en torno a la mesa, hendido había el más noble corazón de aquella tierra. Porque Alvargonzález era bueno para su casa, pero era también mucha su caridad en la casa del pobre. Como padre habían de llorarle cuantos alguna vez llamaron a su puerta, o alguna vez le vieron en los umbrales de las suyas.
Los hijos de Alvargonzález no saben lo que han hecho. Al padre muerto arrastran hacia un barranco, por donde corre un río que busca al Duero. Es un valle sombrío lleno de helechos, hayedos y pinares.
Y lo llevan a la Laguna Negra, que no tiene fondo, y allí lo arrojan con una piedra atada a los pies. La laguna está rodeada de una muralla gigantesca de rocas grises y verdosas, donde anidan las águilas y los buitres. Las gentes de la sierra en aquellos tiempos no osaban acercarse a la laguna ni aun en los días claros. Los viajeros que, como usted, visitan hoy estos lugares, han hecho que se les pierda el miedo.
Los hijos de Alvargonzález tornaban por el valle, entre los pinos gigantescos y las hayas decrépitas. No oían el agua que sonaba en el fondo del barranco. Dos lobos asomaron, al verles pasar. Los lobos huyeron espantados. Fueron a cruzar el río, y el río tomó por otro cauce, y en seco lo pasaron. Caminaban por el bosque para tornar a su aldea con la noche cerrada, y los pinos, las rocas y los helechos por todas partes les dejaban vereda como si huyeran de los asesinos. Pasaron otra vez junto a la fuente, y la fuente, que contaba su vieja historia, calló mientras pasaban, y aguardó a que se alejasen para seguir contándola.
Así heredaron los malos hijos la hacienda del buen labrador que una mañana de otoño salió de su casa, y no volvió ni podía volver. Al otro día se encontró su manta cerca de la fuente y un reguero de sangre camino del barranco. Nadie osó acusar del crimen a los hijos de Alvargonzález, porque el hombre del campo teme al poderoso, y nadie se atrevió a sondar la laguna, porque hubiera sido inútil. La laguna jamás devuelve lo que se traga. Un buhonero que erraba por aquellas tierras fue preso y ahorcado en Soria, a los dos meses, porque los hijos de Alvargonzález le entregaron a la justicia, y con testigos pagados lograron perderle.
La maldad de los hombres es como la Laguna Negra, que no tiene fondo.
La madre murió a los pocos meses. Los que la vieron muerta una mañana, dicen que tenía cubierto el rostro entre las manos frías y agarrotadas.

sábado, 27 de abril de 2013

Tres Cruces

Tres Cruces es la primera referencia montañosa que se alcanza si se comienza la Sierra de Urbión desde Santa Inés. Podemos considerar el puerto de Santa Inés como punto de separación entre las Sierras de Urbión y Cebollera, por tanto si comenzamos en dirección a Urbión la primera cima que encontramos es el Alto de las Tres Cruces. Se trata de una cima que se encuentra a 1.899 mts. sobre el nivel del mar y que probablemente sea la de más fácil acceso de toda la serranía. Enclavada a unos pocos cientos de metros del punto más alto del Puerto de Santa Inés (1.753 mts.). Una pista forestal nos lleva en apenas veinte minutos al Alto de las Tres Cruces, esta pista sale del Punto de Nieve de Santa Inés y está situada en un punto totalmente frontal al remonte que se utiliza para esquiar y que sube al Buey.


Alto de las Tres Cruces

domingo, 24 de marzo de 2013

Travesía Piqueras - Santa Inés

La travesía por excelencia que recorre toda la linea de cumbres de la Sierra de Cebollera es la que une los puertos de Piqueras y Santa Inés. Se trata de un recorrido largo pero gratificante, con pocas dificultades, probablemente la mayor radica en la distancia a cubrir. En invierno se puede realizar con esquís, sobre nieve en todo su recorrido, y con raquetas, aunque el esfuerzo es considerable. Caminando es la opción más realizada por la gente, ideal en un día veraniego donde contamos con bastantes horas de luz. Incluso hay mucho gente que la ha realizado en bicicleta de montaña, es ciclable en más de un 95 %, quizás la parte que va desde los Riscos del Haigal a Cueva Mayor es la única parte donde hay que echarse la bicicleta al hombro, por lo demás es asumible el reto.
Numerosas asociaciones han dejado constancia de su realización, el anterior verano la pagina web desdesoria.es organizó la travesía "De puerto a puerto" con un éxito notable, el grupo de montaña SanBur realizó la "Transibérica", mismo recorrido pero vivaqueando en los alrededores del Castillo de Vinuesa, el Centro Excursionista Soriano la organizó asiduamente en los años sesenta y setenta, incluso hubo integrantes que hicieron la invernal de la travesía. Quedó constancia de como en 1976 tres integrantes del CES realizaron la travesía Piqueras-Cebollera-Santa Inés-Urbión-Duruelo de la Sierra. 
Amén de estas efemérides contadas, las travesías por el cordal cimero dan para mucho, desde hacer este recorrido a unirlo con Urbión y Neila completando toda la linea de cumbres del Sistema Ibérico en las provincias de Soria, Burgos y La Rioja.

Si realizamos la travesía desde el Puerto de Piqueras a 1710 mts. las opciones de comienzo son dos, desde el refugio coger la pista que sale y va hacia el Terrazas, o bien realizar la ascensión desde la misma cima del puerto al Cabezo de Piqueras y el Castillo de Rolliza para no obviar ninguna cumbre y enlazar posteriormente con la pista forestal. Una vez llegamos al vértice geodésico del Terrazas, la pista gira hacia la derecha, directamente a buscar las cumbres más altas, llegaremos a un promontorio de rocas denominado los Riscos del Haigal, ahí se pierde ligeramente la senda y se ha de bordear por la derecha para volver a subir hacia la izquierda y buscar el Alto de Cueva Mayor. Desde aquí ya no tiene pérdida alguna ya que entramos en el cordal cimero, iremos a buscar el Alto de la Chopera, desde donde se puede apreciar la Laguna de Cebollera abajo, y más tarde llegaremos sin problemas al Pico Cebollera, que con sus 2.142 metros se convierte en el punto más elevado de la ruta. De ahí bajamos hacia el Telégrafo, Cuesta Bellida y Santosonario. Desde el peñón de divisa perfectamente el Castillo de Vinuesa a unos cuatro kilómetros. De ahí iremos hacia el Cerro Buey por los puestos de los cazadores observando a nuestra derecha abajo los Hoyos del Iregua, y una vez lleguemos al Buey bajaremos rápidamente al puerto de Santa Inés donde se encuentra el Punto de Nieve.


Mapa con la travesía Piqueras - Santa Inés



En las cercanías del Peñón de Santosonario.Imagen de la marcha "de puerto a puerto" organizada por www.desdesoria.es (Foto: desdesoria.es)




miércoles, 20 de marzo de 2013

Mikel Zabalza en la Laguna Negra

Una de las figuras más conocidas del alpinismo, el navarro Mikel Zabalza, abrió junto a su equipo una serie de vías de escalada en los paredones de la Laguna Negra. Concretamente dos vías bautizadas como "Brutal Total" y "Super Ratón" y que en la imagen extraída de su blog se pueden apreciar.


 Imagen con las vías de escalada abiertas por el equipo de Mikel Zabalza (Imagen extraída del blog http://mikelzabalzaalpinismo.blogspot.com.es)


En el siguiente enlace se puede ver su crónica con todas las particularidades

Mikel Zabalza es un experto alpinista con un currículum impresionante, ha coronado picos de todas las latitudes, en su haber no faltan sus visitas al Karakorum, Himalaya, Antártida...y por su puesto a "su casa", los Pirineos.

La Laguna Negra tiene gran cantidad de vías de escalada en las paredes que rodean sus aguas, más adelante daremos cuenta de todas las vías abiertas a lo largo de la historia.

sábado, 16 de marzo de 2013

El antiguo camino de Sotillo del Rincón a Lomos de Orios

Caminos centenarios recorren toda la serranía de Urbión y Cebollera, veredas y cordeles donde la trashumancia y las personas eran el único tráfico que poblaba estas zonas. En esta entrada nos acercamos a un camino singular que aparece en algunos mapas antiguos y actualmente con la reforestación que se hizo está prácticamente tapado por pinos y vegetación. Se trata del camino que unía Sotillo del Rincón con la ermita de la Virgen de Lomos de Orios. Todavía se conservan partes de este camino en su primera parte, en el cordal cimero se bifurca también con el que unía Sotillo del Rincón con Pajares. El camino parte de la localidad soriana de Sotillo del Rincón, en la comarca de El Valle, pasa toda la vertiente soriana de Cebollera hasta alcanzar el cordel que se encuentra entre los Riscos del Haigal (1815 mts) y el Terrazas (1.835 mts),las Terradas de Cameros se denominaba antiguamente, de ahí giraba ligeramente hacia la izquierda hasta llegar directamente hasta el particular santuario de la Sierra Cebollera, la ermita de la Virgen de Lomos de Orios.





Unión de mapas donde se aprecia perfectamente el camino


El camino discurría por el otrora famoso Puerto de la Cola, lugar del paso para las gentes de El Valle antes que el Puerto de Piqueras y que bajaba hasta el pueblo de Pajares, hoy anegado por las aguas del embalse. De ahí bifurcaba a mano izquierda en busca de la ermita de Lomos de Orios.

martes, 5 de marzo de 2013

El Duero, un río de leyendas

En diciembre del 2012 el programa de RTVE "Entre el cielo y la tierra" dedica uno de sus   capítulos al río Duero. En las imágenes de los diez primeros minutos se puede apreciar un excelente documento de toda la zona de la Sierra de Urbión. El río Duero nace en la vertiente soriana de la Sierra de Urbión a 2.160 metros y desemboca en el Océano Atlántico en la ciudad de Oporto. El documental merece la pena verlo por lo lograda que está la filmación.

 


viernes, 22 de febrero de 2013

Espectacular foto de Peña Negra


Peña Negra es una cumbre de la Sierra de Cebollera que se encuentra a 2.023 metros de altitud, se ubica concretamente en el cordal que va desde el Cerro Buey hacia la izquierda, en el lado opuesto al Castillo de Vinuesa. Perfectamente visible desde sus alrededores debe su nombre al aspecto negruzco de sus rocas. Su acceso es sencillo desde el remonte del punto de nieve del puerto de Santa Inés, se sube al Buey y de ahí a la izquierda no tiene pérdida.
En otra entrada futura daremos cuenta más detallada de esta cima, ya que el motivo principal de la entrada es la espectacular foto publicada en el portal www.desdesoria.es y que podéis ver aquí. La foto de una de las rocas de Peña Negra nos acerca con su particular óptica a la similitud con montañas tan mágicas como el Cervino, el Ama Dablam o el K2.
Las Sierras de Urbión y Cebollera proporcionan momentos inolvidables. Dejar la impronta de estos momentos mediante la fotografía hace que se obtengan imágenes que dan lugar a “equivocación” debido a su belleza y por un momento nos pensemos haber estado en los “nuestros” Alpes, Karakorum, Himalaya…

El pasado fin de semana uno de los componentes del Club de Montaña Banzai Antártica ASM en su subida al Peña Negra inmortalizó la imagen

Enlace de la noticia: http://www.desdesoria.es/?p=25478


Foto de una de las rocas de la cumbre de Peña Negra (Foto desdesoria.es)