sábado, 8 de octubre de 2016

Leyenda inédita Lomos de Orios

Con la presentación del libro de "111 citas entre Urbión y Cebollera" hemos tenido la ocasión de departir con muchísima gente que nos comenta apartados que podríamos haber añadido o deberíamos añadir si hiciéramos en un futuro (más lejano que cercano) una segunada parte del libro. Cuando presentamos el libro en Covaleda a mediados de agosto recuerdo perfectamente una leyenda que me comentaron acerca de la Vírgen de Lomos de Orios y que no había oído nunca.
Bien es sabido que habitualmente cada año los habitantes de Covaleda hacen una romería anual a la ermita de Lomos de Orios, atravesando Bocalprado donde hacen un receso junto a la hornacina de la Vírgen, realizada en honor a los peregrinos que se aventuran en esta larga travesía.




Altar en la zona de Bocalprado en honor a la Vírgen de Lomos de Orios. (Foto:Historia de Covaleda)


Cuenta pues la leyenda, que en una de esas romerías a la fiesta de la Caridad Grande, uno de los habitantes de Covaleda cuando recibió el trozo de carne de cordero, en su camino de vuelta lo lanzó con desprecio al suelo. Casualmente a los pocos días su hijo enfermó, los síntomas de la enfermedad fueron muy radicales y beligerantes con la salud del niño, que en unos días estaba moribundo. Cuando quedaban pocas horas para que realmente pereciera su hijo, se le apareció a su padre la Vírgen diciéndole que fuera a recoger ese trozo de carne que despreció y lanzó y se lo diera a su hijo. Tal cual lo hizo, se lo entregó a su niño, un trozo de carne que no había notado los efectos de la putrefacción y se encontraba milagrosamente en perfecto estado. Cuando el niño lo comió se sanó en escasas horas.

No había escuchado esta leyenda, y aprovecho estas líneas para compartirla con todos los lectores.

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